Pirque

Pirque

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Crónica

Un daño innecesario

La comuna de Pirque, pareciera ir evolucionando cada vez más, pero la mentalidad de algunas personas deja mucho que desear.
Al llegar cada invierno, mucha gente cree que es la época precisa para abandonar o mejor dicho botar al tan nombrado y supuestamente querido, “mejor amigo del hombre”.
No es raro encontrar en las calles y callejones de este lugar un enorme número de perros abandonados, y algunas veces en muy mal estado producto de la vida callejera.

Si nos situamos en un lugar preciso, el cruce de Ramón Subercaseaux y Santa Rita, es una muestra evidente de dicho acto, puesto que en tal cruce, hay ocho locales comerciales donde la gente que los atiende es de buen corazón y se siente en la obligación de alimentarlos. De tal manera que se encariñan con ellos, poniéndole así sus respectivos nombres, entre los que encontramos a Cachupín, un labrador amarillo y la Chica, una verdadera muestra de perro callejero, no pertenece a ninguna raza, pero le pide prestado a cada una de ellas algo característico, algo que la define como única.
Comienzan a aparecer los días de frío y en conjunto los perros abandonados, sin importar su tamaño, raza, ni color. Muestra clara, de que el perro para mucha gente, no es un animal de compañía, más bien un estorbo.
Hay miles de aspectos que me identifican y me reflejan con este lugar, pero no se puede entender, cómo hay personas que se “comprometen” afectivamente con un animal que solo quiere dar y recibir cariño.
Pirque no es un lugar de casas pequeñas, la excusa de que no tengo espacio, esta vez no corre, pero en cambio encontramos año a año más y más perros en abandono. No hay manera de entender dicho acto, o ¿será que al botar un perro, queremos darles un futuro mejor? No, eso es imposible, nadie puede estar mejor en la calle que en su propia casa, pero bueno, son comentarios que lamentablemente contaminan los oídos.
Hay casos aislados de gente que por amor, recoge perros de la calle, para devolverles un hogar y entregarles cariño, claro que no todos corren la misma suerte, algunos no pueden soportar las bajas temperaturas, la vida en la calle o simplemente no tienen ni desarrollaron las armas para valerse por sí mismos.

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